lunes, 18 de abril de 2011

LOS AZTECAS

  • ZONA GEOGRÁFICA
    Los aztecas establecieron México-Tenochtitlan en el centro del Valle de México, expandiendo su control hacia ciudades-estado ubicadas en los actuales estados de México, Veracruz, Puebla, Oaxaca, Guerrero, la costa de Chiapas, Estado de Hidalgo, y parte de Guatemala.

  • VESTIMENTA
    Las mujeres llevaban el huipil y quechquemitl, camisola, una falda debajo, y mantilla, respectivamente. Los pigmentos para teñir los géneros eran de origen natural, el índigo, por ejemplo, provenía de una planta indigófera y el rojo o púrpura se extraía de un tipo de caracol.

    Los hombres usaban el maxtle o taparrabo, una tira de algodón que pasaba por las ingles, enlazándose a la cintura y una especie de sandalia llamada cactli que sólo tenían talonera y tiras para ser anudadas a la pantorrilla.

  • DESARROLLO TECNOLÓGICO
    Las principales actividades económicas de los aztecas eran la agricultura y el comercio.
    Una de las mayores peculiaridades desarrolladas por los mexicas, en el ámbito agrícola, fueron los cultivos en las chinampas, verdaderas islas flotantes en el gran lago mexicano, hechas con cañas, ramas y barro.
    A través de las chinampas, los aztecas consiguieron ganarle espacio al lago, lograr grandes rendimientos en sus cultivos y evitar el agotamiento de los suelos. Los cultivos básicos de los aztecas eran el maíz, el frijol, la calabaza y el ají. 

    Los aztecas fueron hábiles escultores. realizaban esculturas de todos los tamaños, diminutas y colosales, en ellas plasmaban temas religiosos o de la naturaleza. Captaban la esencia de lo que querían representar y luego realizaban sus obras con todo detalle.
    Se usó la piedra y la madera y, en ocasiones se enriquecían con pintura de colores o incrustaciones de piedras preciosas. 

    Gracias a sus conocimientos de física los orfebres pudieron emplear varias técnicas en su trabajo (como la de la cera perdida), fundir oro con la plata, etc. Elaboraban todo tipo de figuras y adornos pulseras, collares, pectorales, pendientes, etc. Frecuentemente el metal se combinaba con piedras preciosas (turquesa, amatista, jade, cristal de roca) o con conchas.  

    Fueron excelentes tejedores y fabricaban preciosas telas de algodón, pita, fibras de palmera, pelo de conejo o liebre, y de plomas, con las que hacían mantas de gran valor.

  • ARQUITECTURA
    Las construcciones principales eran las de tipo religioso (tem­plos), y las de tipo político (palacios). En ellos se podía advertir todo el esplendor del imperio, sus riquezas, su refinamiento.
    Los templos, al igual que en todas las culturas de la región meso americana, tenían la forma de pirámides truncadas en cuya cima se encontraban los altares y lugares de ceremonias. En la cima del Templo Mayor de la ciudad de Tenochitlán, por ejemplo, había dos de estos altares, uno para el dios del Sol, Huitzilopochtli, y otro para el dios de la lluvia, Tláloc.
    En total, el templo tenía alrededor de 30 metros de altura (como un edificio de 9 ó 10 pisos) y dominaba toda la ciudad. Como parte de la construcción, y además de los altares a los que se llegaba por medio de altísimas escalinatas, había cámaras especiales para guardar ofrendas que se hacían a los dioses, tales como figuras talladas en piedra, máscaras, caracoles de mar. Las construcciones eran de piedra. Los palacios también eran de piedra.El palacio de Moctezuma, emperador azteca a la llegada de Hernán Cortés, estaba rodeado de jardines y protegido por una muralla. La mayor parte de las paredes estaba adornada por pinturas que representaban a dioses o reyes anterio­res, en brillantes colores.
    La planta baja estaba ocupada por las oficinas del gobierno, la sala del Consejo y la sala de los jueces, el tesoro real, una sala en la que se anotaban los tributos recibidos, los cuartos para 3000 guardias, sirvientes y funcionarios, un cuarto de armas, las habitaciones de huéspedes destinadas a los embajado­res visitantes y también un cuarto secreto donde se escondía el tesoro del emperador. El y su familia vivía en el planta supe­rior, en espacios muy amplios, pero de decoración y amoblamiento muy austeros.

  • FORMA DE ESCRITURA

    Los aztecas tuvieron una escritura ideográfica o jeroglífica. El carácter de sus escritura es el llamado iconomático (jeroglífico), con la interpretación convencional de las figuras. La escritura pictográfica era grabada en papel o piel de animales.
    En sus escritos queda reflejada su propia historia, geografía, economía, religión. 
     Todavía se conserva alguno de estos escritos, llamados códices. Aunque muchos códices fueron destruidos por los conquistadores, de todas maneras, han llegado a la actualidad por medio de misioneros o de la tradición oral algunas obras indígenas.

     Con la llegada de los españoles, estaban en la etapa fonética y no se ha podido comprobar si podían representar los sonidos con letras.

     También utilizaban un sistema de calendario que habían desarrollado los antiguos mayas.
    Tenía 365 días, divididos en 18 meses de 20 días, a los que se añadían 5 días ‘huecos’ que se creía que eran aciagos y traían mala suerte. Utilizaban igualmente un calendario de 260 días (20 meses de 13 días) que aplicaban exclusivamente para adivinaciones. La educación era muy estricta y se impartía desde los primeros años.

  • PRODUCCIÓN LITERARIA
    Al considerar la literatura azteca (los aztecas eran uno de los nahuas, un grupo de pueblos prehispánicos), podemos mencionar a exponentes de la poesía como Nezahualcóyotl, un monarca de la ciudad-estado de Tetzcuco. Cabe destacar que la poesía de esta sociedad era desarrollada por los gobernantes y los sacerdotes.

    La poesía azteca era cantada y bailada, los temas eran los héroes, la historia, la vida y la muerte, cargados de significación religiosa. Componían también himnos a los dioses: los cantos divinos (teocuícatl) y los cantos guerreros (yaocuícatl).

    La Amistad Ante Todo

    He aquí:
            que sean tres
            nuestras flores,
    ¡acaban con nuestro hastío,
    con nuestra pesadumbre!
     
    Oh amigos míos,
            daos gusto:
            no en todo tiempo en la Tierra:
            ¡solamente plenamente dará resultado
            la amistad!
     

    Iz Catqui Tla Yetetl

        Iz catqui tla yetetl
    toxochio          Ayhuaye
    ihuan tocuic
    quipolohua telel
    ah in totlaocol in.           Ohuaya Ohuaya

        Yya tocnihuan           Aya
    xon ahuiyacan
    ah mochipa tlalticpac
    zan cen on quizaz
    in icniuhyotli                  Ohuaya Ohuaya
     
    En este poema, traducido por Ángel M. Garibay, el cantante canta en un tono muy positivo, hablando del fin de "nuestra pesadumbre." Se pone énfasis en la idea de que la amistad puede triunfar sobre todo, incluso la muerte, que es inevitable. Este concepto de la fugacidad de la vida es uno que era muy común en la cultura (y obviamente en la poesía), y produce un sentimiento de "carpe diem," o la necesidad de vivir cada día completamente, porque la vida es efímera, y pasa deprisa. Los Aztecas usaban su fuerte espiritualidad para enfrentar a ese problema de existencia. En la versión Náhuatl, la repetición de las palabras "Ohuaya" y "Aya" o "Ayhuaye" que no tienen traducción exacta, indica una expresión de alegría y exaltación a los dioses y a la vida. 


    Canto Triste

    (de Nezahualcoyotl)

    Oye un canto en mi corazón:
    me pongo a llorar,
    me lleno de dolor:
    nos vamos entre flores,
    hemos de dejar esta Tierra:
    ¡estamos prestados unos a otros:
    iremos a la casa del Sol!
     
    ¡Póngame yo un collar
    de variadas flores:
    en mis manos estén,
    florezcan en mí guirnaldas.
    Hemos de dejar esta Tierra:
    estamos prestados unos a otros:
      iremos a la casa del Sol!

     

    Cuicatli Quicaqui

    (de Nezahualcoyotl)

    Cuicatli quicaqui
    in noyol nichoca:
    ye nicnotlamati
    tiya xochitica
    tic cauhtehuazque
    tlalticpac ye nican
    titotlanehuia
    o tiyazque ichan.
     
    Ma nicnocozcati
    nepapan xochitl
    ma nomac on mani
    ma nocpacxochihui.
    Tic cauhtehuazque
    tlalticpac ye nican
    zan titotlanehuia
    o tiyazque ichan.
     
    El hombre Nezahualcoyotl (1402-1472) era un rey y poeta de Texcoco muy famoso por su filosofía, inteligencia, dirección, y liderazgo. En este poema, traducido por Garibay, él habla de su tristeza, y como muchos otros poemas, de la fugacidad de la vida "estamos prestados unos a otros: iremos a la casa del Sol," usando las imágenes de flores y del Sol, unos símbolos muy importante a los Aztecas que representan la vida y el transcurso de tiempo, respectivamente. La vida de los indígenas no era perfecta, por supuesto, y Nezahualcoyotl capta esta idea, con un sentimiento de lo que el futuro va a traer.


2 comentarios:

  1. muy buena información!

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  2. Me gusta tus comentarios. sobre todo de la poesía. Ojala y puedas seguir escribiendo sobre mexico-Tenochtitlan.
    Saludos y gracias por amar a nuestra cultura madre. que buena falta hace a los mexicanos.

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